La calidad de vida en la
administración pública
En la formalidad institucional de la administración
pública se entiende la calidad de vida desde tres ópticas:
a) Como aquella disponibilidad de recursos en el ámbito
de las necesidades básicas (alimento, vivienda, sanidad, etc.).
b) Como
la capacidad administrativa estatal de patrocinar la prestación de servicios
básicos públicos, especialmente a los menos favorecidos. La calidad de vida es
medida, desde este punto de vista, como un mayor número de personas con acceso
a servicios públicos como agua potable, energía eléctrica, comunicación a distancia,
acceso a transporte, educación, servicio médico.
c) como la gestión social y programática de alternativas
competentes a su desarrollo en términos de justicia y equidad.[9]
Entendido de esta manera, la calidad de vida es el
producto de medidas encaminadas a garantizar el suministro y disponibilidad de
recursos para cubrir necesidades en la población.
Lo cual requiere de la integración a las ciencias médicas a la
Economía, la Ecología, la Antropología Cultural, la Sociología Médica,
la Psicología Social y de la Personalidad, de la Actividad Nerviosa Superior,
de la Inmunología y la Bioética, asociados al enfoque epidemiológico y
salubrista, contribuyeron definitivamente a conformar un nuevo paradigma en las
ciencias médicas, caracterizado por una concepción integracionista y sistémica
de la comunidad, del hombre y de su salud”.
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